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Cuando la ansiedad se vuelve patológica: cómo reconocerla y combatirla con eficacia.

PorMauro Di domenica

Dic 27, 2018

Aunque es muy común, tal emoción a veces se convierte en una verdadera enfermedad. Los psiquiatras y psicoterapeutas explican cómo lidiar con eso para volver a sonreír.

La ansiedad es una emoción muy común entre las personas: en ciertos niveles, de hecho, se define lo normal o fisiológico. Los problemas surgen cuando se vuelven patológicos : no es un simple estado de incomodidad temporal, sino un obstáculo que impide que uno lleve a cabo sus actividades diarias.

Los psiquiatras explican cómo entender cuándo la ansiedad se convierte en una enfermedad y ofrece algunos consejos para combatirla .

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad, en la perspectiva del pensamiento filosófico existencial, es una manifestación típica de la vida; es una función del «ser en el mundo» del individuo, más allá de sus implicaciones biológicas o psicológicas.

La dimensión existencial de la ansiedad está estrechamente relacionada con el hecho del hombre, en este sentido no podemos considerarlo patológico porque está relacionado con la investigación de las posibilidades operativas del individuo. La ansiedad no es una enfermedad, pero puede llegar a serlo.

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¿Cuando la ansiedad se convierte en una enfermedad?

Cuando se manifiesta con reacciones existenciales menos libres. A menudo somos testigos del desencadenamiento de síntomas físicos que son difíciles de controlar, cuyo resultado puede ser el temor a la aniquilación de la personalidad.

Cada crisis de ansiedad al final expresa una profunda inquietud del individuo, oscilando el deseo de realización y la necesidad de quietud. En esta alternativa existencial se presentan todos los aspectos generales de la ansiedad, desde los trastornos más graves, como aquellos en los que hay ataques de pánico, hasta los más somáticos, típicos como la depresión o formas hipocondríacas.

¿Cuándo la ansiedad causa terror?

En el ataque de pánico, el sujeto experimenta repentinamente un sentimiento de aprensión, que puede alcanzar un nivel de terror. A veces hay síntomas psíquicos graves, como miedo a morir o volverse loco. Estos sentimientos se acompañan de síntomas físicos como palpitaciones, opresión en el pecho y mareos, que impiden que el paciente tenga una relación normal con la realidad.

Todo esto puede caer en trastornos en los que la ansiedad está vinculada a temores específicos, como estar solo, permanecer en lugares estrechos, o incluso sonrojarse en público, hasta fobias sociales en las que el individuo presenta un temor persistente para incurrir en situaciones en las que está expuesto al juicio de los demás y, por lo tanto, al riesgo de incurrir en sentimientos de vergüenza y humillación.

¿Qué otros trastornos pueden causar ansiedad?

Junto a estos aspectos psicológicos de la ansiedad, hay otra categoría de manifestaciones que van desde trastornos puramente somáticos, caracterizados por un drama de dolores desagradables o sensaciones que afectan a un órgano o aparato, en ausencia de lesiones clínicas. De las mismas, hasta los trastornos más específicos de conversión e hipocondría.

¿Puede ser útil el aporte farmacológico?

La imagen de la ansiedad es variada y compleja, cuanto más la reacción de alarma causada por la crisis de ansiedad involucra en profundidad las capacidades operativas del sujeto en relación con la realidad para paralizar la respuesta personal, en casos es necesario recurrir al apoyo farmacológico para neutralizar El sentido de inseguridad y amenaza.

¿Cómo leer las señales que podrían llevarnos a la aparición de un trastorno de ansiedad?

Los trastornos de ansiedad no siempre se presentan con crisis agudas, es decir, como un paroxismo emocional real que desestructura el campo de la conciencia; Hay aspectos intermedios, presentes en la vida cotidiana, en forma de manifestaciones transitorias, de ideas fugaces, de alarmas injustificadas, en las que la ansiedad, sin asumir una dimensión estrictamente psicopatológica, se convierte en el signo de una incomodidad psicosomática que debe ser enfrentada. Conocer estas señales significa intentar reparar cualquier daño psicológico en curso.

¿Podrías darnos algunos ejemplos pequeños sobre esto?

Será al comienzo de los sentimientos generales de inquietud e insatisfacción, de una incapacidad para desviar la atención del evento declarado culpable de ser la causa del estrés, de la pérdida de concentración en las tareas de rutina.

Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve continua, aparecen algunos síntomas como insomnio, cansancio matutino y una sensación de insuficiencia frente a las tareas que antes se realizaban automáticamente; En esos momentos también aparecen temblores leves en las manos o sudoración repentina con una ligera taquicardia. También hay manifestaciones fugitivas de dolor de cabeza o más bien de «cabeza pesada», y de rigidez de los músculos del cuello y los hombros.

¿Cuáles son las posibles intervenciones en el tratamiento de la ansiedad?

En casos menos severos, las técnicas de relajación son útiles. En los casos más recurrentes, es útil un enfoque psicoterapéutico, que debe limitarse para orientar al paciente sobre su propia condición existencial, en lugar de profundizar.

En formas fóbicas o hipocondríacas, la psicoterapia se convierte en la intervención electiva, ya que su objetivo es restaurar el grado de conciencia del paciente hacia la enfermedad. En tales casos, cuando el impacto psicoterapéutico puede ser tan doloroso para el paciente como para evitar que se acerque a sus problemas emocionales, la administración de un ansiolítico es útil.

En otros casos, cuando el pánico definitivamente se ha apoderado del paciente, el medicamento se convierte inmediatamente en el tratamiento fundamental.

¿Cómo poder vivir con ansiedad?

Como cualquier otro síntoma psicológico, la ansiedad no es siempre y solo negativa; la mayoría de las veces nos indica que en nuestra existencia deben implementarse aquellas soluciones y expectativas que a menudo tendemos a posponer para mantener nuestra propia imagen, no en sintonía con las necesidades más profundas.

Tomar conciencia de la ansiedad, después de todo, es conocernos mejor, ofrecer soluciones que pueden ser momentáneamente desagradables, pero ciertamente a largo plazo, más gratificantes para nuestra economía mental.

Por Mauro Di domenica

Amante de la tecnología …..

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