Un refugio modular y desplazable creado por emprendedores cordobeses ya está instalado en la Antártida. El “Domo” resiste climas adversos y se puede construir en un día.
Investigadores y científicos han manifestado en más de una oportunidad que uno de los principales problemas que presenta la Antártida -además de las condiciones climáticas- es la enorme distancia que existe entre los campamentos y las bases.
Afortunadamente, gracias al ingenio de un grupo de emprendedores se ha diseñado una solución a este inconveniente: se trata de “Domo” un refugio experimental móvil que ya se ha instalado en la Antártida, cerca de donde se ubica la Base Esperanza.
Los responsables y creadores de este proyecto llamado A-R GEO DOMOS son Julián Demo y Mariano Bearzotti, dos emprendedores oriundos de la provincia de Córdoba.
El refugio o domo posee forma semiesférica y abarca una superficie de 12 m². Se construye en seco mediante ensamblaje de paneles y posee un revestimiento formado por tres capas de materiales compuestos: tanto por dentro como por fuera están compuestos por fibra de vidrio y poseen en el centro espuma de poliuretano.
Estos paneles son fácilmente encastrables entre sí y se unen mediante tornillos de acero inoxidable; gracias a esta característica forman una estructura trasladable. La estructura es estanca -no permite la salida del calor- desde el mismo proceso de construcción, lo que permite reducir tiempos y abaratar costos ya que no necesita etapas de sellado ni aislación.
Desarrollado gracias al asesoramiento del INTI, otra de las ventajas de este refugio es su facilidad tanto para ser armado como para ser trasladado: su packaging pesa 400 kg y mide 1.8m de alto, 1m de ancho y 2.2 m de largo.
El equipo responsable del ensamblaje en el área antártica realizó una estadía de prueba dentro del refugio durante 48 horas. Destacan que su interior, además de ser muy cómodo, mantuvo una temperatura constante de 0ºC cuando en el exterior la sensación térmica rondaba los -15ºC. Con respecto al traslado de los materiales de construcción, comentaron que el trayecto recorrido para que el refugio llegue hasta el Polo Sur fue tan extensa que se necesitó emplear medios navales y terrestres.
El diseño del domo posee un formato semi esférico que puede ser hallado muy frecuentemente en la naturaleza. Construcciones como nidos o colmenas permiten al aire moverse de forma circular y de esa forma el calor se distribuye más uniformemente.
Para que dicho producto pueda ser usado en climas extremos y posteriormente comercializado, será sometido a distintas pruebas durante un año. Esto permitirá que se hagan los ajustes necesarios en su diseño para que el domo sea más seguro y confiable.
Su rápido método de ensamblaje lo hace ideal para lugares de difícil acceso o asentamientos de naturaleza nómade. También es un producto con un altísimo potencial comercial ya que puede ser utilizado en turismo de alta montaña, teniendo en cuenta que la Argentina es el tercer país a nivel mundial en cantidad formaciones montañosas.
Javier Ibáñez, presidente del INTI, comenta que desde la institución asesoraron al emprendimiento en las normativas vigentes para el sector, en aspectos técnicos y en el área de tecnologías blandas. También otorgaron asistencia en el desarrollo de un proyecto que les permitirá recibir apoyo económico de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica para poder optimizar y evaluar el diseño del producto.