Algunos sitios turísticos acumulan más historia de lo que imaginamos y entre ellos se encuentra Mar del Plata. Esta ciudad que millones asocian únicamente con playas y vacaciones de verano, también esconde una colección de hechos fascinantes que van mucho más allá de su fama balnearia actual.

De la Lobería Grande a Mar del Plata
Aunque muchos no lo sepan, Mar del Plata no siempre se llamó así, ya que hasta mediados del siglo XIX, esta zona costera fue conocida por diversos nombres. En un comienzo, debido a la gran cantidad de lobos marinos que habitaban sus costas, la zona era conocida como «Lobería Grande».
Los primeros pobladores fueron las tribus indígenas pampas, que vivían de la caza durante sus desplazamientos por la zona. La transformación llegaría cuando Patricio Peralta Ramos adquirió las tierras y el 10 de febrero de 1874 logra que el gobernador Mariano Acosta reconozca oficialmente el pueblo con el nombre que él había elegido: Mar del Plata.
El reglamento de baños más estricto del siglo XIX
En 1888, cuando Mar del Plata comenzaba a perfilarse como destino balneario, la Municipalidad aprobó un «Código de baños» que establecía normas que hoy parecen impensadas o hasta una locura. La regla principal prohibía bañarse desnudo y exigía que el traje de baño cubriera desde el cuello hasta las rodillas.
Eso no era todo, el reglamento también obligaba a que hombres y mujeres debían mantenerse separados por lo menos 30 metros al momento de zambullirse en las aguas del Atlántico. En las tres playas conocidas como del Puerto, de la Iglesia y de la Gruta, los varones no podían mezclarse con las mujeres durante el baño.
La revolución del ferrocarril
La verdadera explosión de Mar del Plata como destino turístico está ligada a la llegada del ferrocarril el 26 de septiembre de 1886. Antes de esa fecha, llegar desde Buenos Aires era toda una aventura: el tren llegaba hasta Dolores y desde ahí había que continuar en galera, convirtiendo el viaje en una expedición de varios días.
A partir de ese momento, la cantidad de turistas que comenzaron a llegar a la ciudad feliz, se fue incrementando exponencialmente a través de los años. Hoy en día, conseguir pasajes a Mar del Plata en micro es una opción práctica y económica para descubrir esta joya de la Costa Argentina.
El Bristol Hotel: lujo sin límites
Dos años después de la llegada del ferrocarril a la ciudad, el 8 de enero de 1888, se inauguró el Bristol Hotel con la presencia del vicepresidente Carlos Pellegrini. Este establecimiento se convirtió en el hotel más exclusivo de toda América Latina.
Lo más notable era que sus grandes salones se construyeron cruzando la actual calle Entre Ríos, conectados por pasajes subterráneos para evitar que los huéspedes fueran vistos por curiosos.
Las cuatro ramblas que marcaron épocas
La famosa Rambla Bristol no es la primera que existió, ya que históricamente se cuentan cuatro ramblas diferentes. La primera, de 1888, era una estructura de madera que fue arrasada por un temporal dos años después. La segunda resistió hasta 1905, cuando un incendio provocado la destruyó completamente. En 1911 se inauguró la Rambla Bristol con estilo francés y la primera construida en cemento. Y por último, años más tarde, en 1939, el arquitecto Alejandro Bustillo diseñó la monumental rambla actual, que incluye el Casino Central y el Hotel Provincial.
La próxima vez que visites La Feliz y vayas caminando por sus calles, recordá que estás pisando terreno cargado de historias fascinantes que van mucho más allá de las postales veraniegas.