Aunque es muy probable que te sientas solo en los momentos en que eres víctima de un ataque de ansiedad debes saber que eres parte de un 5% de personas a nivel mundial que sufren de este trastorno y que cada día buscan cómo afrontarlo.
Es entendible que la ansiedad al igual que el estrés sean tan comunes en estos días por la cantidad de trabajo que cada persona tiene sobre sus hombros y la rapidez en la que se mueve la ciudad. Luces, ruidos, personas, trabajo, transporte… en fin, cada vez son más las personas que desarrollan un tipo ansiedad y una de las más comunes es la ansiedad laboral.
¿Qué es la ansiedad laboral?
Es todo tipo de trastorno ansioso que ataca cuando la persona se encuentra en su espacio de trabajo o haciendo alguna actividad relacionada con este. Usualmente los ataques debido a las crisis de angustia o trastorno de pánico se dan cuando se tiene trabajo continuo o atrasado, se tiene que hablar en público, el ambiente se encuentra muy agitado y si se reciben o se dan críticas.
Este tipo de trastorno es muy frecuente en trabajos con turnos extremadamente largos o con mucha presión como trabajos de oficina, de atención al cliente; etc.
¿Cuáles son los síntomas de una crisis de angustia?
Estas crisis afectan a cada persona de manera diferente; sin embargo, hay síntomas que aunque a veces sean más intensos o más leves, se repiten en casi todas las personas ansiosas.
- Taquicardias
- Sudoración
- Falta de aire
- Palpitaciones
- Sensación de inquietud y peligro
- Dificultad de hablar o de moverse
- Mareo
- Pensamientos constantes de angustia
Aunque esos son los síntomas generales, hay muchos otros que pueden atacar de manera conductual, psicológica y física a todos los que padecen de trastornos ansiosos.
¿Cómo calmarnos cuando nos encontramos en medio de una crisis ansiosa?
Lo primordial es reconocer que estamos en medio de una crisis y que tenemos que calmarla. Negar que estemos pasando por este ataque puede solo agravarlo más; por esa razón, es necesario que tomemos cartas en el asunto y actuemos para remediar esto pronto.
- Concéntrate en algo concreto por un tiempo fijo: Fija tu mirada en un punto de la pared, observa los colores y concéntrate en ellos, haz garabatos en alguna hoja o repite un movimiento varias veces mientras te concentras en él.
- Cuenta tus respiraciones: Contabilizar las respiraciones es la mejor manera de regularizar nuestro ritmo cardíaco y respiratorio.
- Muévete a lugares frescos: ¡Aléjate del calor y del frío! Estos empeorarán tus síntomas pues el frío aumentará los temblores y palpitaciones mientras que el calor aumentará tu irritabilidad.
- Toma agua: Agarra un vaso de agua y concéntrate en cada sorbo. Es recomendable que bebas solamente agua pues las bebidas azucaradas o con cafeína van a hacer que tu estado de alerta empeore pudiendo causar hasta ataques paranoicos mezclados con tu crisis ansiosa.
- Aléjate del ruido y de los aparatos electrónicos: Para poder calmar tu mente es necesario alejarte de cosas que produzcan ruido como la televisión. Estar en silencio puede ser la mejor manera de dejar pasar tus pensamientos y concentrar tu mente en encontrar la calma.
No podemos enseñarte a no tener ataques de ansiedad, pero sí a saber manejarlos cuando sucedan. Intenta mantener la calma, respira y deja que los pensamientos fluyan sin concentrarte en ninguno. Dale la importancia que merece para poder afrontar la crisis de angustia.